Sembré los ajos y les puse cobre cuando los vi asomar, preparé los bancales con estiércol , escardé las cebollas y las alcachofas, limpie y aclaré las espinacas, limpie y escardé el bancal de las fresas, entutoré las frambuesas y poco mas.
Estos puerros los recogí la semana pasada para dejar el bancal libre y trabajarlo para nuevas plantaciones, son los últimos que quedan en el huerto, los de la maceta los recogí hoy.
En invierno tengo que hacer un enorme esfuerzo para ponerme un chaqueton y los guantes para poder hacer lo mas urgente.
No se si esto le pasa a todos los hortelanos pero lo que es a mi estos trabajos se me van amontonando cada año y claro cuando llega el buen tiempo y los arboles empiezan a desarrollar los primeros brotes ya no hay nada que hacer , quedan sin podar y sin aplicar fungicidas a los arboles y los resultados al fin de cuentas son lo que me merezco, manzanos atacados por la mosca de la fruta, higos con gusanos y las zarzas acampando a sus anchas por los muros.
Este año no lo quiero consentir y como remedio contraté a un colega para que la dejara en condiciones. Me cuesta mucho dinero pero no me queda otra si quiero tener algo de fruta y la dueña del terreno no se deshaga en llanto cada vez que la llevo a visitar la huerta.
José, junto con otro hombre que esta en el paro ha podado un poco tarde, los nísperos, los ciruelos, dos olivos, dos manzanos, ha despejado
de malezas los muros de piedra que estaban impresentables.
Poco a poco la huerta esta tomando un aspecto increíble, parece otra, también labró la tierra de los bancales donde irán destinadas las patatas y limpió la casita de las herramientas que estaba llena de ramajes. Ahora están por el suelo cantidades de ramas que tendré que amontonar y después hacer una hoguera con todos estos rastrojos. La madera mas gruesa se la va a llevar José para su casa. La ceniza resultante me va a venir fenomenal para añadirle potasio a los ajos y las cebollas.
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